jueves, 15 de julio de 2010

El - Por Gustavo Marangoni



El coronel del pueblo que inauguró la era de las masas en la Argentina.
El impulsor del estatuto del peón rural.
El militar de “la fe y la espada”.
El líder de los descamisados que fue apresado, proclamado y liberado.
El General. El que gobernó con Carrillo, Bramuglia y Mercante.
El que gobernó con Apold, Teisaire y Mendez San Martín.
El que se ganó la gratitud eterna e incondicional de los descamisados.
El de los Juegos Evita.
El que ignoró a los “cultos” y promovió la cultura.
El odiado por Borges y el amado por Discépolo.
El del aguinaldo, los planes hipotecarios, las vacaciones pagas y los sueldos dignos.
El que aceptó la adulación empalagosa.
El esposo del mito perpetuo.
El que se peleó con los curas.
El que amplió las fronteras de la dignidad de los humildes.
El del discurso del “cinco por uno”.
El que prefirió el tiempo a la sangre.
El “tirano prófugo”.
El proscripto innombrable por un infame decreto.
El promotor de la Resistencia.
El huésped de Stroessner, Pérez Jiménez, Trujillo y Franco.
El viejo.
El león herbívoro.
El de la lealtad.
El de las traiciones.
El que bendijo a John William Cooke, Paladino, Vandor, Cámpora, Abal Medina, Galimberti y tantos otros. El que retiró la bendición a John William Cooke, Paladino, Vandor, Cámpora, Abal Medina, Galimberti y tantos otros.
El que tuvo “cuero” para volver.
El conciliador de La Hora de los Pueblos.
El tres veces presidente constitucional.
El que saludó a la “juventud maravillosa”.
El que la calificó de estúpida e imberbe.
El que denigró a López Rega.
El que le dio las llaves del infierno.
El que le devolvió al Paraguay las banderas obtenidas en la indigna Guerra de la Triple Alianza.
El que declaró al pueblo como su único heredero.
El que dejó a Isabel.
El que proclamó: “Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista”.
El que proclamó: “Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”.
El del Proyecto Nacional.
El que se abrazó a Balbín.
El de la patria peronista, la patria socialista y la patria sindical.
El que proclamó: “Primero está la Patria”.
El de los guiños cómplices y conjeturales.
El que se llevó en los oídos la más maravillosa música.
El que se murió el 1º de julio de 1974 causando una “lágrima inmensa” en los propios y un respeto prudente en “los viejos adversarios”.
El Cid Campeador que no pudo librar con éxito su última batalla.
El que fue víctima de la barbarie y la profanación.
El que justifica las más variadas acciones de los más variados gobiernos, siempre peronistas.
El que aún sonríe montado en un caballo blanco desde un almanaque colgado en un hogar humilde.
El primer trabajador.
El último estadista.
El más argentino de todos los argentinos.
Todos ellos y muchos de sus otros fantasmas habitan el cuerpo mutilado de Juan Domingo Perón que descansa (¿descansa?) en el Mausoleo de la quinta 17 de Octubre en San Vicente.
“Nos quieren ver tristes para vernos derrotados; nada se hace sin alegría” Arturo Jauretche

POSTAL











La humedad me pinta un panorama tan simple, 
tan devastador
Las primera claridad del día me sienta un poco pesado
Quisiera hoy ser tan simple y mas humilde de lo que soy
La simple forma de vida que heredamos de nuestros mayores
Igual la vida me sigue orientando por seguir
Debe ser difícil estar desorientado, no creo que nadie pueda seguir
Hoy nadie me puede gritar nada, "soy" a fuerza de mi mismo
Lo que nos devora los sentimientos, los ideales, la vida
Ya no me afecta, solo se que tengo todo por ganar,
La historia de es simple, 
Me gusta la senda que transito...
Miro al costado y no estoy solo
El camino nos propone ser mas humilde y simple...
Hoy ya no me siento solo
estamos siendo nuestra generacion por lo cual lucharon
nuestros martires